Si uno piensa en la nada que lo
precedió
no puede evitar un desasosiego
que nos va cortando tajadas de
vida
no es fácil concebir dónde estarán
los insomnios las lágrimas los
goces
todo eso que estuvo en nuestras
manos
y que creímos era para siempre
al fin comprendimos que la
eternidad
era una rendija entre dos
sombras
todo se va pero no siempre
vuelve
abracemos eso que tuvimos
y que acaso tenemos todavía
miro hacia atrás y poco veo
miro hacia delante y es la niebla
admito que estoy entre dos vacios
con prudencia marco bien las
huellas
por donde regresaré con mi
nostalgia
pondré atención porque el paisaje
es mío
y yo quiero viajar con mi paisaje
Mario Benedetti, Montevideo, 2008
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